Críticas

Casa Fuster

La ciudad de Barcelona es un gran espectáculo arquitectónico que debe buena parte de su herencia al modernismo, estilo que alcanza su auge a finales del siglo XIX y principios del XX y que, a grandes rasgos, huye de las líneas rectas, busca el movimiento a través de las curvas y se inspira en las caprichosas formas de la naturaleza. Son muchos los emblemáticos edificios firmados por prestigiosos arquitectos de la época que embellecen la ciudad, y Casa Fuster es uno de ellos.

La historia de este Hotel 5 estrellas Gran Lujo se remonta a 1908, año en que el Sr. Mariano Fuster, miembro de la alta sociedad mallorquina, encarga a Lluís Doménech i Montaner –arquitecto de renombre internacional y responsable, entre muchos otros, del diseño del Hospital de Sant Pau y del Palau de la Música- una casa para su esposa Consuelo Fabra i Puig. La construcción del edificio acaba en 1911, año en que es considerado el más caro de la ciudad por los materiales utilizados. La familia Fuster vivió allí hasta los años 20 y, durante muchas décadas después, el edificio pasó de mano en mano con un futuro más bien incierto. Afortunadamente, en el año 2000 la cadena Hoteles Center lo adquirió y convirtió, respetando al máximo su originalidad y espectacularidad, esta joya del modernismo en uno de los hoteles más lujosos de la capital catalana.

Declarado hotel-monumento, Casa Fuster da la bienvenida en lo alto del Paseo de Gracia con la majestuosidad de una gran obra de arte. Presume además de una ubicación única y excepcional, entre el lujo de las mejores tiendas de Paseo de Gracia y la vida de un barrio tan acogedor como Gracia.

Es una pena que el acceso esté limitado a los huéspedes, porque su interior es un verdadero placer visual. La buena noticia es que sí se puede acceder a la cafetería, el Café Vienés, un espacio tipo lounge con decoración vanguardista, columnas de mármol y grandes ventanales que dan a los Jardinets de Gràcia. Se ve que durante años fue punto de reunión de intelectuales y diferentes ámbitos sociales de la ciudad condal. Aunque bastante caro, vale la pena relajarse con un café o te, e incluso una copa después del atardecer con música jazz en directo. También a nuestro alcance, la propuesta gastronómica viene de la mano de un joven equipo que ofrece una maravillosa cocina mediterránea y de diseño. Se trata del lujoso restaurante Galaxó, que nos impresionará tanto por su singular entorno como por la calidad de su cocina.

El hotel en si es, igualmente, una auténtica maravilla que combina sabiamente el encanto histórico con la modernidad y el diseño, dos conceptos que encajan a la perfección y que se manifiestan en cada una del centenar de habitaciones y suites que conforman Casa Fuster. Todas ellas, que brindan una decoración cálida y elegante en tonos marrones, están equipadas con las máximas prestaciones y cumplen con las expectativas de un 5 estrellas Gran Lujo: televisión de plasma, mini-bar, caja fuerte, aire acondicionado, acceso a Internet, iluminación por control remoto y albornoces, teléfonos y amenities en los baños. Los baños de las habitaciones deluxe y suites, además, disponen de duchas hidromasaje. No hace falta decir que todo está impecable.

Las instalaciones del hotel incluyen una fantástica terraza-mirador desde donde se domina todo el Paseo de Gracia y que brinda unas vistas de ensueño sobre toda la ciudad. Aquí se encuentran, además, el gimnasio, el jacuzzi y la piscina. Asimismo, cuenta con una decena de salas completamente preparadas para celebrar conferencias, reuniones y congresos, así como banquetes y celebraciones.

Un hotel de tal categoría debe contar con un servicio de calidad. En este sentido, Casa Fuster está otra vez a la altura con un servicio ejemplar y altamente competente que, además de hablar inglés con fluidez, desde el momento del registro hasta el check out, se muestra atento y servicial con los huéspedes.

Sin lugar a dudas, Hotel Casa Fuster es el escenario ideal para una estancia muy muy especial.